28 de septiembre de 2009

Clase 3

La nueva ola (Nouvelle vague)

Así se nombró al grupo de cineastas franceses de finales de los años cincuenta, quienes transformaron la manera de hacer cine. Surgieron de la publicación Cahiers du Cinéma, en la que escribían críticas cinematográficas, lo que supone que tenían una formación intelectual y una habilidad para expresar ideas y conceptos. Las palabras remiten a imágenes, por ello en el momento en que dan el salto hacia la creación (dirección) de cine, se habla por vez primera de un cine escrito (cámera-stylo), de imágenes que se unen como si fueran palabras, de un cine realizado por cinéfilos que escriben, hablan y ven cine. Esta es la razón por la que sus películas abordan temas complejos que se desenvuelven a través de los diálogos, e incorporan referencias culturales y alusiones a obras artísticas de diversa índole (literarias, plásticas, teatrales, etc.). Simultáneamente, la transformación de materiales y herramientas de trabajo facilita la realización cinematográfica, ya que es posible recurrir a recursos más baratos como la iluminación y locaciones naturales. Esto también muestra que retratan la realidad de manera diferente al del Neorrealismo, ya que crean universos ficticios y utilizan actores. La proliferación de este estilo impulsa el surgimiento de lo que conocemos como ‘cine de autor’, en el que el cineasta proyecta sus ideas en su obra, y cuya propuesta resulta en un cine ‘muy personal’ que funge como una vía de expresión que conduce hacia el autoconocimiento del director. Aquí ligo el concepto de ‘crítica apreciativa’, que se refiere al acto de trabajar o desarrollar un análisis o crítica solamente sobre lo que le interesa al autor (ejemplo: reseñar sólo las películas que gustan, lo cual es justo lo que hago en mi blog, escribir sobre lo que me interesa; es un ejercicio de selección con base en la apreciación personal).

Para comprender las características de esta vanguardia, vimos una película de Jean-Luc Godard, miembro influyente de la Nouvelle vague, quien realizó un cine experimental que no sólo innovó en la manera de desarrollar un tema (generalmente relacionado con la condición humana), sino en la manipulación del montaje (cortes rápidos que provocan significados específicos). Su cine afirma esta nueva condición de ‘cine de autor’, ya que no desvincula su vida privada de su obra: las actrices protagónicas fueron sus esposas.

Vivir su vida
(1962) Es una película que muestra el último tramo de vida de Naná, una mujer inocente que se involucra en la prostitución, no por necesidad económica (como podría parecer), sino por una especie de curiosidad, juego o autoexploración que la impulsa a tomar un camino cuya única salida posible es la muerte. Ella es sublime, se mueve como si flotara. Es una mujer que en apariencia no se deja seducir por el placer carnal de una ‘labor’ que podría ejercerse por pura perversión o gusto por la excesiva práctica sexual, ya que manifiesta un deseo por ser actriz de cine y muestra su lado más sensible y humano al llorar con la película Juana de Arco, así como un aspecto muy crítico de su personalidad, el cual se presenta en varias conversaciones con las que intenta analizar y explorar las ideas más complejas que han sido tema de estudio a lo largo de la historia del conocimiento humano. Hay un diálogo que me encantó, en el que se cuestiona qué es la felicidad. También me encanta la conversación que sostiene con un hombre en un restaurante, a quien le pregunta cómo es posible expresar exactamente lo que pensamos. Cómo encontrar y combinar las palabras más adecuadas para que éstas transmitan o comuniquen lo que deseamos, justo como lo deseamos. Y esta idea de si nuestros pensamientos son palabras, ya que es imposible pensar sin palabras. Es un tema que me vibra mucho, porque mi trabajo consiste en escribir, razón por la que a diario hago un esfuerzo tremendo por dominar mi mente y obligarla a expresarse con ‘fidelidad’. La película tiene una sensación de cotidianidad que se refleja no sólo en el lenguaje visual, sino en la naturalidad con que la chica se desenvuelve dentro del mundo de la prostitución, como si la vida misma la hubiera orillado a ello (me lo imagino como una corriente marina). Podría decir que el retrato de esta mujer me movió las emociones ya que en determinados momentos de mi vida me he sentido como Naná: un poco sola y en una especie de búsqueda interna ‘de algo’ que responda a las mismas interrogantes (qué es la felicidad, qué es el amor, etc.), búsqueda que a veces me ha conducido a caminos dolorosos (por no decir equivocados) pero también como una manera para explorar todo tipo de terrenos (no piensen mal, no me refiero a la prostitución).

Me encanta el cine que me cuestiona, que revoluciona mis propias ideas y que me motiva a continuar en una búsqueda que surge de la aparición de nuevas interrogantes por lo general metafísicas y existenciales... En el fondo sólo voy en busca de imágenes poéticas.

27 de septiembre de 2009

La sangre brota


Ayer fui al cine... Y me quedé dormida (no por la película, sino porque estaba muy cansada). Sólo vi el principio y el final, pero escuchar lo demás me bastó para imaginar la trama entre sueños. Estoy segura que tengo una visión distorsionada de la historia, y eso me gusta, como si yo hubiera construido mi propia película: La sangre brota es un viaje hacia el dolor humano. Presenta a una familia desintegrada, una familia a la que no se le puede llamar familia sino individuos que coexisten en un mismo espacio, pero no en un mismo plano (o viceversa). El papá es un taxista neurótico, quien escucha discos de relajación. Su mirada es tan dura que podrías imaginarlo en un ataque nervioso en medio del tráfico o con un arma bajo el asiento. Él quiere enviarle dinero a su hijo Ramiro, quien vive en Estados Unidos, sin embargo, Leandro, su hijo más pequeño, es quien vive más lejos, habita el submundo de las drogas. Camina entre la gente sin mirar a su alrededor, es un fantasma que sólo sobrevive y se mueve por el impulso de las necesidades físicas. Es un muerto en vida, muy pálido, ojeroso. Se encuentra a una chica que reparte volantes en la calle, una chica que recorre la ciudad, que exhibe su cuerpo y que tal vez no tiene a nadie. Ella y Leandro hacen una extraña conexión como si con solo mirarse supieran que comparten algo que los une. Se conocen sin intercambiar palabras, sólo se topan. Su novia se siente muy celosa, porque sabe que hay algo en la chica de la calle que ella no tiene ni tendrá, algo que le despierta curiosidad a él. Después me quedé dormida y saqué a los demás personajes de la historia, imaginé muchos encuentros entre ella y Leandro, muchas citas urbanas en parques, banquetas, callejones. La película es tan dura que, dormida, yo quise agregarle las escenas que a mí me gustaría interpretar si mi vida fuera un film (a veces pienso que lo es). Desperté cuando el papá libera su enojo reprimido y golpea a Leandro con tal fuerza que parece que va a matarlo. Metafóricamente sí lo mata, como si su hijo fuera una extensión o proyección de su lado más oscuro, o la evidencia viviente de sus errores y de una familia enferma. Leandro busca refugio en una mujer, sólo en una, quien, para mi sorpresa, no es la chica de los volantes. Tal vez ella era demasiado efímera e ilusoria, tal vez ella no podía ser un refugio para nadie porque estaba igual de vacía –y sangrada– que él.


Volveré a ver la película y todo será diferente.

24 de septiembre de 2009

Meeting People is Easy



El domingo pasado vi este documental en el ciclo de 'Rock en el Cine'. Despegué de la silla, entré en un viaje que me hizo cuestionar mi propio rumbo de vida.

Grant Gee retrató la deshumanización, el cansancio y la soledad de una banda que en primer plano aparece endiosada y sublime. Radiohead transita por ciudades y calles vacías. Se traslada como mercancía frágil entre hotel y hotel. Thom Yorke es orillado a contestar infinitamente la misma pregunta. La prensa aparece como una plaga para llevarse el trofeo -yo conocí a Thom-. Meeting People is Easy es el retrato de Radiohead durante la gira de Ok Computer, es la figura pública y privada de la banda. Gee juega con esta idea del rechazo y la aceptación, la identidad pública que invade a la privada. Radiohead baja del escenario, sale a la calle e intenta llegar a una fiesta, pero el cadenero no les permite la entrada, no cree que Thom es Thom: "Radiohead, Creep, Dickhead". Es un video experimental que muestra escenarios urbanos en los que Radiohead se inserta con voces, expresiones faciales y conversaciones que parecen absurdas.

-Escucho Pearly (la amo a partir del minuto 2:10)

21 de septiembre de 2009

Armando Cristeto Patiño y Alfredo Nieto: 'Soy adict@ a ti' (México 2007)





El fotógrafo
mexicano Armando Cristeto Patiño, quien destaca por la exploración del erotismo homosexual, presenta su trabajo más reciente: Soy adict@ a ti. En esta serie, Armando construye un proyecto cuya idea ya había concebido tiempo atrás: dirigir la serie a distancia. Soy adict@ a ti se origina del encuentro –virtual– entre Armando y Alfredo Nieto (el hombre que aparece en las fotografías). Se conocen en un sitio de Internet. Por su naturaleza sexual (gay), lo primero que llama la atención de Cristeto, según él, es la belleza de Nieto. Posteriormente, se ve atraído por sus fotografías poco comunes, en las que Nieto tacha su propio rostro. En palabras de Armando: "éstas acusaban mayor cuidado que la gran mayoría de las imágenes que encontramos en la red", fotografías que se tomaba a sí mismo, por disposición y comprensión hacia el arte. Soy adict@ a ti surge de la colaboración entre el fotógrafo aficionado y el profesional (Nieto-Cristeto). La comunicación se generó a partir de largos correos en los que se especificaban los aspectos de composición, gestualidades y actitudes corporales.

La serie es un políptico de imágenes en donde se realiza un recorrido autobiográfico en el cual ambos artistas reconocen el alter-ego del otro y se descubren afinidades y diferencias. Se hace un viaje cronológico por la vida de Alfredo, a partir de la apropiación de las fotografías del álbum familiar, que inicia con la imagen de Don Erasmo, su padre, quien le regala un triciclo el día de su cumpleaños número dos. En 2007 aparecen imágenes de su núcleo familiar compuesto por sus padres y tres hermanas. Alfredo relata que se sintió relegado durante su adolescencia, debido a su orientación sexual.

Acá su statement: la serie une imágenes del cuerpo social y del cuerpo individual. Armando transitó por sus espacios cotidianos, tanto públicos como privados.

El título Soy adict@ a ti conjuga varios vectores, por un lado, funciona como homenaje-paráfrasis a Julio Galán y, por el otro, habla sobre la adicción a Internet, al cybersexo y también a la adicción entre Alfredo y Armando. La utilización de la arroba es el símbolo que incluye a ambos géneros, y captura la costumbre de algunas personas que alteran el género de las palabras, objetos y personas.

Notas adicionales de Armando Cristeto: Este es un primer cuerpo de trabajo, no es inamovible, puede ser acortado o algunas imágenes pueden ser sustituidas. Pienso que las del cuerpo social podrían ir en menor formato, quizá convirtiéndolas todas en blanco y negro; las del cuerpo individual-fantasías en mayor tamaño y en color, puestas museográficamente de manera horizontal. El políptico podría complementarse con algunos correos electrónicos y otras imágenes no privilegiadas.

-Fotos: seleccioné algunas de la serie.

17 de septiembre de 2009

Señales de vida







Hoy fui a la inauguración de la muestra fotográfica Señales de vida en 'la miscelánea'. Se exhibió un proyecto de participación colectiva a partir del concepto de Arturo Marruenda y Catalina Holguín, una pareja que retrató objetos cotidianos que rodean y presencian lo que sucede en el espacio en el que ambos habitan, el lugar que comparten. Las fotografías exploran la manera en que los objetos de uso cotidiano cobran vida y hablan del entorno en el que se encuentran y de la relación entre las personas que los poseen. Dos rastrillos usados y oxidados, los cepillos de dientes sobre el lavabo del baño, la parrilla de una cocina con grasa y comida pegada. Una cama destendida, dos pares de zapatos en la entrada. Las cosas forman parte de la convivencia de quienes viven en una misma casa. Su posición, su forma y su uso apelan a sensaciones. Depositamos un valor y una carga emocional en nuestras posesiones, manipulamos los objetos y hacemos que intervengan el espacio, nuestro espacio. Las pertenencias se vuelven una extensión de lo que fuimos o de lo que somos.

¿Por qué crees que lloro cuando veo la envoltura de un mamut?

-Más fotografías en: http://www.lamiscelanea.org/

Fantasía subterránea para mujer y violín

El 15 de septiembre fui a una lectura dramatizada de un grupo de exalumnos de la escuela de actuación Caza Azul. Pensé que sería un ensayo general en el que se arma la obra sin vestuario ni escenografía. Y, en realidad sí lo fue, sólo que permanecieron en sus lugares con el texto en la mano (pese a que ya se lo sabían de memoria). Me sorprendí por la manera en que, con nada de recursos más que el movimiento corporal y expresivo (literalmente sentados en una silla) y la entonación de los diálogos es posible desarrollar una historia que crea imágenes mentales claras sobre personajes bien definidos y lugares que podrían o no existir, en este caso, en una estación de metro a las 12 o una de la noche. Y no sólo eso, de involucrarte en la situación, colocarte en el lugar de los personajes e identificarte con ciertas ideas. La obra habla sobre una mujer que cree que no es interesante, que se percibe aburrida y común, una maestra que vive en la Narvarte y ve telenovelas. Pero también se presenta como una mujer que busca algo extraordinario que la saque de su realidad. Se imagina un romance sorpresivo que le de sentido a su vida, por lo que decide ir en su búsqueda en una estación de metro. Es una reflexión sobre el deseo de encontrar una pareja que nos jale de la aburrición y la rutina, lo cual refleja un vacío existencial muy fuerte que no permite mirar las cualidades extraordinarias individuales. Un escenario en el que las fantasías se vuelven realidad para demostrar que no son tan satisfactorias como cuando pertenecían al terreno de la ficción y el deseo.

La autora de Fantasía subterránea para mujer y violín es Iona Weissberg.

16 de septiembre de 2009

Lol@

Hoy vi la película Lol@ en el marco del Ciclo de Cine Francés. Llegué en blanco, sin trailer ni sinopsis. Me pareció una comedia francesa muy Hollywood (al inicio, en la presentación de los personajes, hay una referencia a los recursos clásicos del cine estadounidense). Lol@ muestra la vida escolar, personal, familiar y amorosa de un grupo de estudiantes. En realidad es el retrato de la adolescencia de cualquier ser humano. Rescata al presente aquellos momentos que tal vez ya olvidamos o minimizamos con el paso tiempo. La entrega de calificaciones, las primeras fiestas y decepciones amorosas, las peleas con los papás. El tema es áspero, es denso, tanto así como el ángulo doloroso de la adolescencia, pero se presentó de manera ligera y cómica. Las experiencias se viven con una carga emocional muy fuerte durante esta etapa. La búsqueda de identidad y la relación con los demás son temas centrales que llevan a los personajes a buscar situaciones que les ayuden a explorar los impulsos de la edad. No es mi estilo de película, pero al menos pensé que yo también atravesé conflictos similares, los cuales definieron lo que -por ahora- soy. Hay algo de Lol@ que me hizo recordar Juno. Habrá que ver alguna otra del mismo ciclo.

12 de septiembre de 2009

Entrevista con Alicia Ahumada

Acá comparto la entrevista que le hice a la fotógrafa Alicia Ahumada, la cual ya publiqué en el blog de la revista (conozcamas.org).

Alicia Ahumada trabajó en la Fototeca del INAH y ha realizado alrededor de 20 exposiciones individuales y colectivas en el país y el extranjero. Se le han otorgado becas del FONCA y sus imágenes se encuentran en colecciones de Margolis Fundation, Tucson, Fototeca de la Habana, Cuba, y Centro Cultural Banamex.

¿Cómo se dio tu encuentro con la fotografía?
En épocas remotas, por allá de 1976, viví en el DF en un cuarto de azotea. En breve tiempo se pobló de objetos apreciados, cargadísimos de emociones, representaban la experiencia de una joven provinciana que se independizaba. Posteriormente tuve que moverme y dejar el espacio, pero recuerdo que deseaba llevarme conmigo constancia de ese trozo de vida. Así que pedí prestada una cámara, tomé fotos, las revelé, imprimí y, bajo la instrucción de amigos cercanos, descubrí la magia de la fotografía. Ahora me acompañan los recuerdos convertidos en imágenes.

¿Qué te interesa explorar/expresar mediante tu trabajo?
Existe un mundo maravilloso en la cotidianidad de los pueblos. Las personas más sencillas, los objetos olvidados y los de uso diario, la sobriedad de los paisajes y la profundidad de las miradas. En esos universos encuentro la belleza insondable y ahí me regodeo. Después, por supuesto, quiero compartirla.

¿Cuál es tu opinión sobre la fotografía digital y las nuevas maneras de hacer foto?

La técnica avanza en una carrera sin obstáculos, la creatividad humana no tiene límites. Para mí, la fotografía digital es una herramienta más para perfeccionar la técnica. No se pueden comparar la fotografía mecánica y química –analógica– con las modernas técnicas digitales, ya que son dos procesos totalmente diferentes. Sin embargo, sí se pueden combinar, y los resultados son espléndidos. Mi trabajo es una especie de híbrido entre lo analógico y lo digital. Lo disfruto enormemente.

¿Por qué dedicarte a la foto, qué encuentras en ella que la eliges como modo de trabajo y de vida?

No hubo elección, la fotografía me ha acompañado desde el primer instante en que nos contactamos. Es una aliada que me ha dado los medios para vivir y para estar en los lugares y en los momentos que he deseado. El cuarto oscuro fue un espacio entrañable y también odiado. Mientras mis hijos eran pequeños, el cuarto oscuro me permitía trabajar en casa y verlos crecer. Me casé con la foto y, como buen matrimonio, han existido momentos de confusión. Peleé con ella en algunos momentos, por mi falta de creatividad, pero en su comprensión, jamás me ha abandonado, me ha dado alas para volar sin límites.

¿Qué te produce la vida rural y la naturaleza o qué encuentras en ellas, que las eliges como campo de exploración?
En el campo encuentro mis raíces, ahí mi corazón se carga de energía, puedo ver la vida en todos sus colores. Estos no siempre son luminosos: la violencia es fuerte en todos lados. Mis rutas siempre están sembradas de amor y, mis fieles compañeras, las cámaras, me abren brecha para andar en esos senderos.

Su página: www.aliciaahumada.com

Sergio Nates / Presión-Tensión




Hoy fui a la inauguración de la muestra fotográfica Presión Tensión de Sergio Nates, maestro en restauración de monumentos arquitectónicos (UNAM) y diseñador industrial (UNUM), quien tomó un seminario en artes visuales en la Universidad Hebrea de Jerusalén, México y en el International Center of Photography (ICP) de Nueva York. Ha expuesto en muchas galerías internacionales.

La muestra consiste en una serie de 12 fotografías las cuales muestran objetos cubiertos con ligas, como una rueda de piedra, una imagen de Buda, una pareja, un conjunto de aviones, un papel de baño. Lo que yo leí de la obra es la manera en que cada objeto reacciona con la presión que se le ejerce. Es decir, la piedra sólida, rígida e inamovible se mantiene con la misma forma pese a la tensión, mientras que el papel de baño, por ser un material blando y manipulable, las ligas ocasionan que su apariencia y su forma cambien. Me lo imagino con los seres humanos, algunos son piedras, otros son papeles, algunos permiten que las fuerzas exteriores presionen al grado de modificar su forma. También vi cómo es que de una u otra manera todos tenemos apegos, puentes y uniones tan fuertes que son difíciles de dejar ir, como si estuvieran amarradas a nosotros con ligas. Como lo dice el artista, al final y por naturaleza, las ligas deben romperse y terminar con la disolución de ese apego.

Aquí una pequeña entrevista que le hice a Sergio Nates:

¿Cómo surgió la idea de esta serie?
Yo trabajo mucho con conceptos. La idea era investigar acerca de las microfuerzas, reflejarlas en objetos y forzar a crear esa tensión o presión. Yo obligo al espectador a ver al objeto de la manera en la que yo quiero que sea visto. No sería lo mismo si yo colocara los objetos como si fueran una escultura.

¿Qué relación tienen los materiales y objetos que utilizaste con el concepto o idea que exploras?
Lo que sucede con esas ligas es como el Universo, las fuerzas son ínfimas pero uniendo varias, sumándolas pueden ser máximas. Este trabajo es experimental, yo quería ver qué sucedía con ciertos objetos al aplicarles fuerza, presión.

¿Cuál es el concepto con el que trabajas?
A través de elementos tan simples como ligas, estás generando presiones y tensiones en elementos ajenos a éstas. Es decir, las estoy usando para representar de alguna manera todas las fuerzas exteriores que pueden afectarte a ti, a mi, al Universo.

¿Qué representa la unión de elementos con las ligas?
Mi trabajo tiene varias lecturas, varias interpretaciones. Las ligas se van a acabar rompiendo, deshaciendo. El siguiente paso es una obra en proceso: documentar el momento en que las ligas empiezan a soltar las piezas. Entonces el apego se va disolviendo.

¿Por qué esta idea de la presión de fuerzas?
A todos nos sucede, estás en un espacio, en un momento, y empiezas a tener o sentir diferentes impulsos de lo que sucede en tu medio. Esas pequeñas situaciones que te pulsan y te presionan a veces se unen para crear algo más grande.

Elizabeth Díaz Soto, directora de la galería EDS, habla de la lectura que ella hace sobre la obra de Sergio Nates
Los objetos se llevan a un plano tridimensional para después fotografiarlos desde el ángulo del artista. Las fotos fijas de estos objetos tridimensionales escondidos en estas ligas de tensión presión, hablan del apego al objeto mismo. Cuando no quieres soltar algo es porque estás apegado a eso. También encontramos una rueda: pieza antigua con situación motriz, deidades que hablan de la fe y del amor, como Buda, la Venus y la pareja. Pero también muestra lo material, un papel de baño, porque también tenemos apego a los objetos.

-La muestra fotográfica permanecerá hasta el 2 de octubre de 2009 en la galería EDS ubicada en Atlixco 32, Col. Condesa.

11 de septiembre de 2009

Clase 1

Hoy empezó el curso que voy a tomar los viernes. Se llama 'Movimientos artísticos forjados en celuloide'. Va a estar muy bueno porque las primeras dos horas las vamos a dedicar a la teoría y las otras dos a ver películas sobre el tema que toquemos cada sesión. Las clases las ofrece el CUEC pero se imparten en la sala Fósforo de San Ildefonso. El maestro se llama Carlos González García, ha hecho cosas chidas (psicanzuelo.blogspot.com).

Hoy vimos un poco sobre los siguientes autores: Buñuel, Richter, Léger y su Ballet mecánico, Man Ray, Duchamp, Florey, Sibley, Vértov, Eisenstein, Cocteau, Begotten y Deren.

Algunos temas de los que Carlos habló hoy: La llegada de lo abstracto; la descontextualización de los objetos, sacarlos de su uso cotidiano; cómo el cine comercial todavía se nutre de la vanguardia; la abstracción de lo cotidiano; cómo la yuxtaposición de planos manipula las emociones de la audiencia; el cine que cuestiona, que hace preguntas, un cine existencial.

Vimos El hombre con la cámara, de Dziga Vértov. Me gustó muchísimo. Es coreográfica, tiene un ritmo, es musical. Arulla y tiene un poder hipnotizante, al grado que en el momento en que se detiene el sonido y se congela la imagen sentí incomodidad, sentí interrupción, como un choque en seco. La cámara se presenta como un objeto omnipresente que muestra tomas desde lo alto y también desde lo más íntimo e interno como un parto, el interior de una cerveza y el momento en que una mujer se viste. Es alucinante, es un retrato de la vida cotidiana de los años 30 de una sociedad industrializada. Es perturbadora y también es muy ágil. Hay una imagen recurrente: un ojo en la lente de una cámara. Aborda esta idea del cine dentro del cine. Es decir, se muestra cómo un hombre filma las escenas que estamos viendo, así como el proceso de edición. La película también presenta el funcionamiento de las máquinas: trenes, maquiladoras, engranes, palancas. La geometría y el ritmo de las máquinas aparecen como una danza muy estética.

6 de septiembre de 2009

#


Fui a Garash a ver bailar a Anabel, una mujer que vivía en Argentina, pero hace un año se mudó a México con su novio. Ambos hicieron un happening que presentaron el sábado pasado en la galería. Este fin de semana no tuvo la misma suerte, sólo llegamos cinco personas. Aún así, no estuvo mal. El lugar es hermoso, tiene una terraza enorme con una vista privilegiada de la ciudad. El espacio se presta para muchas actividades. De regreso a casa escuché a Cerati, quien estuvo ayer firmando autógrafos a cinco minutos de donde vivo, pero preferí ir a Jardines Sonoros. De su nuevo disco hay una canción oculta en el track 13. Tiene como título un símbolo. Es un misterio y es la más bonita del Fuerza Natural, se llama #. Empieza justo después de He visto a Lucy. Para escucharla, hay que adelantar hasta el minuto 5:46 del video.

Jardines Sonoros


Caminé hasta que me cansé. Me detuve a comer, a mirar a la gente y a esperar a que terminara de llover. Regresé al LAA para experimentar Jardines Sonoros, una instalación de realidad virtual en un entorno sonoro. Francois Daudin y Leon Milo, ambos presentes, improvisaron con flautas y percusiones para crear un ambiente auditivo con el que las flores fractales aumentaban de tamaño y se movían, se difuminaban y desaparecían. El muro se llenó de flores gigantes que evolucionaban con la música. Crecían sobre todo el ancho y largo de la pared. Sentí que uno de los pétalos se expandió tanto que podía tocarme. Al final, las flores se desintegraron y dejaron un jardín vacío. Como la isla en la que yo vivía. A mí me interesa profundizar en la pérdida y la ausencia, lo irrecuperable, lo que ya terminó y dejó hoyos, montañas y tormentas. Me interesa porque creo que es un estado en el que no perteneces a nada, es un estado transitorio en el que el entorno se vuelve ajeno y el exterior ya no es lo que era. Es el inicio de un proceso de construcción y reconstrucción, es el inicio de un viaje interior inevitable.

"Generadas, acunadas, molestadas, asaltadas, violentadas, acariciadas... las plantas virtuales de la instalación interactiva Fractal Flowers reaccionan al menor sonido, al menor aliento, al menor movimiento, restitiuyendo un jardín lujurioso, un edén perdido, desaparecido..."

"Testimonios y ecos sonoros de una ciudad nacida sobre el agua. Bajo los rumores de la megalópolis, amplificación de los sonidos perdidos. Inmersión acústica sobre algunos islotes preservados de la destrucción urbana".

Terremoto en Atacama

Ayer en la mañana fui al Laboratorio Arte Alameda a ver la muestra fuegogratis de Jordi Colomer, videoinstalaciones que presentan a la ciudad contemporánea y al urbanismo como espacios que influyen en el comportamiento humano. Su obra explora la vida cotidiana, sus incongruencias, aberraciones y obviedades. Lo que más me gustó fue En la pampa, una obra compuesta por cinco videos en los que aparecen un hombre y una mujer que no se conocen y que tampoco son actores. Llevan a cabo diálogos improvisados en función de la acción. El escenario es el desierto de Atacama, en el norte de Chile, en el que caminan y hablan de manera espontánea, a veces sin afán de conocerse o descubrirse el uno al otro. El propósito del artista fue explorar si era posible habitar el desierto, habitar un lugar ficticio. Aquí les escribo unas frases que me hicieron ruido:

-interrupciones del azar
-desierto de palabras
-los zapatos no discriminan entre hombres y mujeres

En uno de los videos, María y Mateo comienzan la plática y la caminata después de haber sentido un terremoto.

Es con el movimiento de la tierra que las parejas se enamoran hasta que termina el ciclo con la llegada de la lluvia. Sí creo posible habitar un lugar ficticio, sólo que todavía no descubro la manera de habitar el mío.

1 de septiembre de 2009

Import/Export

Ayer fui a ver Import/Export pero me salí del cine. Jamás lo hago, porque la curiosidad de saber en qué termina una historia siempre me mantiene ahí sentada aunque la película no me guste tanto. Pero ayer me salí porque se veía muy mal y también se escuchaba pésimo. El Cinemanía sí apesta, aunque no tuve queja con Vals con Bishir. La película no me enganchó, me costó trabajo meterme en la trama pero después de una hora y cuarto, no le encontré sentido, estaba incómoda y me estaba durmiendo al punto en que imaginé estar en mi cama. Debí meterme a otra sala. Por lo menos no regresé a dormir temprano, porque estar en mi casa se presta para no hacer nada y tirarme en la cama o en el sillón a ver la tele y justo ahora necesito hacer todo lo contrario, distraer la mente para no caer en pensamientos obsesivos o dolorosos. Quiero evitar caer en mis mecanismos mentales de siempre, lo cual no significa que esté buscando la evasión, pues he llegado a un punto en que nada es lo suficientemente fuerte como para ayudarme a evadir lo que siento. No busco reforzar la tristeza, pero sí me permito sentirla cuando llega. Es inevitable, pero también es lo más sano. Me imagino flotando en el mar, sintiendo cada ola que pasa por mi cuerpo y nadando con la corriente hasta donde veo tierra firme. De regreso a mi casa escuché el nuevo de Cerati. No todas me gustaron, pero en especial hay una que me encantó, se me hizo linda hasta que caí en cuenta de que el principio es igual a la canción de Satellite of Love o tal vez es mi mente torcida. Debería darle una segunda oportunidad a Import/Export, como lo hice con el disco de Cerati, escucharlo varias veces hasta asimilarlo y saber si realmente me gusta o no.