23 de mayo de 2009

Historias de Cronopios y de Famas


La foto salió movida
Un cronopio va a abrir la puerta de calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave, lo que saca es una caja de fósforos, entonces, este cronopio se aflige mucho y empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos están donde la llave, puede suceder que encuentre la billetera llena de fósforos, y la azucarera llena de dinero, y el piano lleno de azúcar, y la guía del teléfono llena de música, y el ropero lleno de abonados, y la cama llena de trajes, y los floreros llenos de sábanas, y los tranvías llenos de rosas, y los campos llenos de tranvías. Así es que este cronopio se aflige horriblemente y corre a mirarse al espejo, pero como el espejo está algo ladeado, lo que ve es el paragüero del zaguán, y sus presunciones se confirman y estalla en sollozos, cae de rodillas y junta sus manecitas no sabe para qué. Los famas vecinos acuden a consolarlo, y también las esperanzas, pero pasan horas antes de que el cronopio salga de su desesperación y acepte una taza de té, que mira y examina mucho antes de beber, no vaya a pasar que en vez de una taza de té sea un hormiguero o un libro de Samuel Smiles.

Julio Cortázar

-Foto: mi primo Pablo. De cuando fuimos a visitar a Rebeca a Nueva York.

21 de mayo de 2009

El coro de Tokio, de Yasujiro Ozu

El drama familiar de una hija enferma, un niño que reclama la bicicleta que su padre no puede comprarle, la burocracia laboral de un jefe represor y la angustia de un grupo de empleados en espera de su aguinaldo son escenas que caracterizan a la vida rutinaria de cualquier sociedad, y que esta vez pertenecen al retrato de la clase media japonesa de la década de los treinta realizado por Yasujiro Ozu en la cinta El coro de Tokio. Este melodrama de crítica social, que logra la comicidad a pesar de la tragedia, es la evidencia de que los filmes de Ozu muestran lo sublime dentro de lo cotidiano.

Al lado de Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi, Ozu fue un excéntrico director y el principal representante del cine clásico japonés. Sus películas se caracterizan por la sencillez y austeridad, así como por los planos largos y la cámara fija a un metro de distancia del suelo. A pesar de las críticas que lo tachaban de conformista y repetitivo, Ozu conservó una misma temática, estilo y equipo de trabajo a lo largo de casi todos sus rodajes. Sin embargo, aquello que era criticado como conformismo, resultó ser el encuentro de la estabilidad y la disciplina que le permitieron un ritmo acelerado de producción, así como la posibilidad de explorar y evolucionar en la eliminación de lo superficial para llegar a los máximos niveles de abstracción.

Retrato


19 de mayo de 2009

Represión femenina y sexualidad

Hace unos meses escribí un artículo sobre feminismo. Entrevisté a una de las feministas más importantes de México Marta Lamas, así como a Lourdes Martínez, una abogada que trabaja en estudios de género en la UNAM y en el caso de las muertas de Juárez. Con base en la investigación que hice y en mi manera de pensar, considero que, por desgracia, tenemos una idea equivocada sobre la represión femenina: creemos que la inequidad de género sólo sucede en pueblos tradicionalistas, clases bajas o países árabes, es decir, en casos tangibles y evidentes, sin embargo, la subyugación de la mujer ocurre dentro de todas las culturas y clases sociales. A pesar de que el género femenino ha alcanzado altos puestos políticos, educación avanzada, derechos legales y participación social en todo tipo de movimientos y agrupaciones, aún persiste una mentalidad que habita en el inconsciente colectivo y que se manifiesta de manera invisible y sutil. La forma en que el hombre concibe a la mujer y, a su vez, el modo en que la mujer acepta y refuerza esta mentalidad, sólo demuestra que aún vivimos una represión ideológica muy fuerte, que no necesariamente la ocasiona el género masculino. La sexualidad es un campo fértil para observar el comportamiento social que ejercemos. El hombre vive una libertad sexual heroica, desinhibida y situacional, que, a comparación de la mujer, esta misma libertad se penaliza como una falta de amor propio y autocontrol, que dan cabida para deshumanizar a la mujer, otorgarle un valor de objeto capaz de proporcionar placer y olvidar su capacidad racional, emotiva y sustancial. Lo cual nos lleva a pensar que el único papel socialmente aceptado es el de la mujer que apuesta por la monogamia para defender la procreación, la virtud más pura de una mujer (esto explica la veneración y el culto exhacerbado a la Virgen de Guadalupe). Yo no voy a juzgar u opinar sobre las distintas prácticas sexuales que existen. Sin embargo, apuesto por el sexo que no sólo tiene como finalidad el placer, sino una experiencia más humana que involucre el autoconocimiento, las emociones y el mundo interno de ambos participantes. Es una idea muy romántica, que además, nos distinguirá del reino animal. La liberación femenina no es sinónimo de promiscuidad.

A continuación, pego una respuesta de Adriana Alvarado que recibí sobre este mismo texto:

Es idealista pero se aleja de la realidad porque aún cuando los humanos somos animales racionales, no dejamos de tener instintos. Ahora bien, los hombres no pueden evitar la búsqueda del sexo sólo por el sexo, porque su finalidad última es la de reproducirse (como puedan y con quien puedan), sin embargo, siempre he tenido la creencia (sin basarme en la ciencia o estudios de cualquier tipo) de que las mujeres nos enamoramos de los hombres sin cuestionarnos si valen o no la pena, porque el amor hacia el hombre nos engancha con los hijos, y el vínculo con los hijos es mucho más cabrón. Por otro lado somos diferentes de los animales porque decidimos cuándo tener sexo, es decir, no tenemos un tiempo determinado para hacerlo, no tenemos precisamente un "celo" como los animales. Por ejemplo cuando una perra está en celo va a cruzarse sin cuestionarse absolutamente nada, sólo lo hace, no tiene principios, ni lógica ni ningún estigma social. Me parece que la liberación sexual raya en lo promiscuo, yo prefiero lo tradicional, no así lo conservador y machista. Además, percibo el sexo como demasiado invasivo, degradante y violento cuando no se hace en consciencia y bajo las circunstancias adecuadas. La liberación sexual feminista está bien hasta el punto en el que se le dijo a la mujer que tiene derecho de disfrutar del sexo y de elegir a sus compañeros sexuales, siempre bajo las circunstancias adecuadas. Otro factor es que los hombres ven al pene como un miembro externo a ellos, y la vagina está dentro de la mujer por eso es tan invasivo. Se tiene q tener demasiada convicción para tener sexo con alguien. Además, a nosotras sí nos duele que el hombre sólo quiera tener sexo porque nos gusta el vínculo afectivo y la prueba está en que siempre nos clavamos. Nunca falta con quien tener sexo, falta alguien que valore y tome en cuanta a la mujer. Es subjetivo, como todo. Ahora la pregunta es: ¿qué queremos nosotras?

18 de mayo de 2009

Ideas al aire

Esta semana tomaremos un curso de inducción para saber cómo usar un sistema editorial que promete mejorar el procedimiento para armar la revista. Hoy fue el primer día. El lugar me transportó a las últimas clases de Photoshop que tomé con Diana y Caro en la universidad. Hoy confirmo lo que ya sabía: me encanta tomar clases. Me gustaría hacer una maestría, no sólo por obtener el título, sino por el proceso, por el aprendizaje. No sé cuándo, tampoco estoy muy segura en qué (tengo dos o tres opciones), aún así, antes de regresar a estudiar, me gustaría cumplir otros planes. Pienso que en mi tiempo de experiencia laboral, he aprendido muchísimo más que en miles de las clases que he tomado.

Por el momento, lo único cierto es que tengo una montaña de ropa que doblar y un libro de cuentos que me acompañará a Oaxaca, porque justo ahora acabo de decidir que me voy el viernes a visitar a una de mis mejores amigas. Gayne se fue de la ciudad de México en busca de una nueva etapa. Pese a que me hace mucha falta, no podría sentirme más orgullosa de ella.

-Foto: vista nocturna de la carretera. De cuando fui a Oaxaca.

Twitter

www.twitter.com/gina228

14 de mayo de 2009

Si me amaras

Lo que pensé en un sueño:

Si me amaras, me dirías que me amas como la del Libro de cabecera a Jerome, como Tom Tom a Milla, como el ángel a la chica del circo, como el violinista del serrucho a la hija del carnicero.

-Foto: Delicatessen

12 de mayo de 2009

Evasión

Es fácil dejarlo todo, como Lester Burham en Belleza americana. Lo admito con vergüenza, yo lo hice cuando reprobé geometría y repetí más de la mitad del total de las láminas de dibujo del semestre. La frustración me dominó y, de un día para otro, sin despedirme, comencé a faltar a las clases. A la semana me 'di de baja', como si los problemas se solucionaran así, o con un escándalo para no ir a la escuela. Me sentí liberada. Aún así, el abandono de diseño fue un acto de cobardía, al igual que el de las clases de ballet. No cerré el ciclo, se completó solo y con el tiempo -creo-. Hay días en que, a la menor provocación, quiero desertar, pero sé que jamás lo haré, porque ya no soy la misma, ahora deseo afrontar, recibir consecuencias. Y, con orgullo, he concluido proyectos personales muy importantes para mí.

Lista de los desertores que conozco: el papá de Adrián, en el bautizo de su hija, salió a comprar cigarros y jamás regresó./El de sistemas (ya olvidé su nombre) no se presentó a trabajar un lunes de marzo, y cambió su número de celular./Mari vació su cuarto en cajas de cartón durante la noche. 'Su primo' se la llevó a pasear un domingo y, para el martes o miércoles, descubrimos que, en la habitación, ya no había rastro de ella./J.A., el ex novio de mi tía, desapareció de su vida, a dos meses de la boda.

-Foto: Viaje a Darjeeling, de Wes Anderson. Amo esta película.

10 de mayo de 2009

Artista de la mentira

Aprendimos a mentir. Nadie nos enseñó a hacerlo, lo descubrimos en el pensamiento como el engranaje de un reloj -la inteligencia humana aplicada a un objetivo-. No recordamos el momento en que dijimos la primera mentira u ocultamos una verdad, creemos que fue el ensayo y error que confirmó el llanto, fingido o natural, en método infalible para capturar atención.

Tú y yo somos Verloso, perfeccionamos la fórmula para mentir sin titubear. Nos autoengañamos. Edificamos historias sobre un tejido de falacias. Encontramos placer en descomponer la verdad y reconstruirla a nuestra manera. Enfatizamos y ocultamos, recortamos y pegamos. No conformes, modulamos la voz, reproducimos conversaciones sacadas de diálogos mentales, elaboramos guiones ficticios, borramos imágenes o las remarcamos con plumón. Las fantasías rompen el muro de contención y se insertan en la elaboración de los hechos.

Tiremos horas de vida en buscar la verdad absoluta, recolectemos las piezas de verdad que habitan en el inconsciente de unos cuantos, en el bote de basura en tiras, en las neuronas de un difunto o en el verbo del encabezado amarillista.

Actividades similiares: desenredar una cadena, seguir un camino de hormigas y cortar la circulación del dedo con el chicle en círculos.

-Libro que inspiró este post: Verloso. Artista de la mentira, de Felipe Soto.

3 de mayo de 2009

Examen de conciencia

Abro mi cuenta de blog desde blogger.com para no tener que entrar a mi página, porque cada vez que lo hago, me detengo a leer mis posts publicados (seguro soy la lectora más ávida de mi propio espacio, de mi egoteca) e, inevitablemente, me dan ganas de borrarlos, porque algunos revelan -entre líneas- mis intimidades. Aún así, prefiero seguir usando a mi blog como diario "personal", bitácora de vuelo, instrumento de evasión o de noséquécosa.

PD. Leo Verloso, artista de la mentira, de Felipe Soto, por pura curiosidad.

-Foto: yo

2 de mayo de 2009

Cybervida

La tarde es hermosa, mi bici está arrumbada, y yo, blanqueada de luz artificial. Cerraré la compu y saldré a tocar el pasto, a recibir aire, a mover las piernas entumidas.

-Foto: de cuando fui por un café a la calle de Álvaro Obregón

-Immolate Yourself, TTA

Médico charlatán

Soñé que estaba en un consultorio desconocido. Intuyo que el edificio era muy alto, ya que desde las ventanas sólo se veían el negro de la noche y una lluvia muy fuerte. Los pasillos tenían poca iluminación y había puertas blancas, cerradas. Me recordó a los corredores del asilo en el que vivía mi abuela Licha. Las puertas estaban casi pegadas, como si fueran de motel. En mi sueño, las paredes eran de pequeños mosaicos verdes y las ventanas de la oficina del doctor dejaban ver el interior en forma de luces y sombras en movimiento. El piso era de mármol gris. Era la arquitectura de un edificio de los años setenta. Frío, desolado y amplio. Por el lugar, pensaría que se trataba de una pesadilla. La sala de espera no era la de un consultorio, era una combinación entre los asientos de una estación de camión y los de la barra de la Roxy. Recuerdo la angustia que sentía, mi turno se acercaba y yo no sabía porqué estaba allí. No sabía si el médico era ortopedista, dermatólogo o nutriólogo. Tal vez se trataba de un dentista, sospecha que reafirmó mi sueño en pesadilla. Muerta de pánico, mi mente abrió las puertas, dejó salir al paciente y colocó al doctor en la entrada para llamarme. Terminó el sueño en el momento en que decidí huir de allí. Recuerdo haber bajado las escaleras como si alguien me persiguiera. ¿Por qué no me fui antes? ¿Por qué soporté la malicia de las enfermeras y los pasillos tenebrosos?, ¿Por qué no pensé en que la solución era tan fácil? Desperté feliz de estar en mi casa un sábado soleado. Trato de recordar el lugar, siento que ya he estado allí, me es familiar.

-La foto tiene el mood del lugar de mi sueño, pero sin tanta luz.

PD. ¡Escucho Telefon Tel Aviv!

1 de mayo de 2009

Daniel

Regreso del velorio del mejor amigo de mi hermano. Me siento muy triste. Me duele la pérdida, me duele el dolor de mi hermano. Compartimos ideas para las palabras que dará mañana en la misa. Preferí no escuchar más del tema y encerrarme en mi cuarto para dejar que fluyan los sentimientos hasta que me gane el sueño. Qué gran placer haberlo conocido.

-No hay fotografía que exprese lo que siento, sólo imágenes mentales.