28 de febrero de 2009

Coraline

Desde niña tomé la decisión de creer que no sólo lo que vemos es real. Siempre he sabido que hay una dimensión alternativa en la que los gatos hablan y los objetos cobran vida. A los ocho años le cantaba a los caracoles y a las plantas, completamente segura de que podían entenderme. A los siete, Alicia en el país de las maravillas se volvió fuente de inspiración para buscar una puerta secreta en la antigua casa de mis abuelos. Las tareas, el uniforme, las matemáticas y los compromisos sociales de mis papás no definirían mi infancia, lo harían las aventuras que yo busqué cuando -en un sueño- decidí caer en la madriguera del conejo blanco. Hoy, a tantos años de distancia, sólo habito un plano de realidad donde se habla de dinero, trabajo y gasolina. Agradezco estos pequeños parpadeos que se cuelan en mi rutina para hacerme recordar que todavía existe un territorio fantástico en el que sólo hay espacio para flores azules y rojas.

15 de febrero de 2009

Inundación

"Now the drugs don't work
They just make you worse
But I know I'll see your face again"
The drugs don't work, The Verve

No creo en un dios malvado que me deja ver el paraíso desde la ventana y no me permite vivir en él.

Estoy a dos canciones de morirme de tristeza. No volveré a ser la misma. Ya empiezo a extrañar los buenos tiempos.

14 de febrero de 2009

9 de febrero de 2009

Hecha en México

Me he vuelto inmune al surrealismo del paisaje urbano y de la cultura mexicana. El fin de semana sentí cómo despertó mi mirada hacia la realidad en que vivo, gracias a que mi primo Santiago y sus amigos canadienses, quienes están de visita en México, expresaron extrañeza y conmoción por mi país. El puro orgullo nacional.

Foto: Yolanda Andrade

6 de febrero de 2009

Capricho hedonista

Hoy amanecí cansada y asqueada de comodidad. Mi tendencia hedonista me ha llevado a buscar placeres extremos, a explorar sensaciones que me produzcan altas dosis de satisfacción, al momento en que lo deseo (al instante). He buscado toda clase de sabores y sensaciones nuevas. Mi intolerancia ante la frustración al no obtener lo que mi cuerpo y mi mente desean, me ha conducido al exceso –sin medida ni culpa–. He olvidado la palabra sacrificio. Hoy despierto vacía. Los placeres me robarán el alma y la voluntad. No soy sólo una bestia hambrienta.

La fotografía pertenece a Million Dollar Hotel, una de mis películas favoritas. Muy recomendable por su cualidad mágica.

5 de febrero de 2009

Sin pecado concebidas

Ayer soñé que me iba de viaje a San Francisco con mi familia. Llegábamos a una comida en la que estaban todos nuestros conocidos, pero aparecía un hombre con tres hermosas niñas. Al instante yo lo reconocía, había sido mi pareja (no recuerdo su cara) y me decía que ellas eran mis hijas. Yo lo sabía, lo sentía, eran mías (no recordaba haberme embarazado). La más pequeña tenía lindos ojos claros y las dos más grandes, quienes tenían tres y cinco años de edad, eran de enormes y redondos ojos negros y pecas en la cara (como yo). Las niñas más hermosas que he visto en mi vida. Las soñé, las vi. Cuándo las tuve, no lo sé, pero no puedo sacar de mi mente la imagen de sus caras. En mi sueño fue una aparición angelical.

2 de febrero de 2009

Edipo-Button

Desde que vi El curioso caso de Benjamin Button tuve ganas de postear, pero, sinceramente, no encontré qué decir. A más de una semana de haberla visto, aún no estoy segura de si me gustó o no. Tal vez y, como todo, me gustó por partes. Lo que sí puedo asegurar con firmeza es lo que me molesta: la fijación que todas (o la mayoría de) las películas de Hollywood tienen, por explicar lo que se entiende por sí solo, sin necesidad de clichés ni de frases sacadas de libros de autoayuda, como: "Ninguno de nosotros es perfecto para siempre", "Algunas cosas nunca las olvidas", "Nunca sabes lo que te sucederá", "La vida no se mide en minutos, se mide en momentos". Sí, nuestra filosofía popular; a veces obvia e inútil, a veces sabia o práctica.

¿Qué me hizo pensar la película? Hemos deseado tomar a la pareja en brazos, como si fuera un bebé al cual proteger. No sé si sea nuestro instinto maternal o un trastorno que Sigmund Freud tuvo a bien describir a lo largo de varios tomos.

¿Qué sucede cuando el amor de pareja transmuta en cariño fraternal o maternal-paternal? Tal vez, al igual que la materia, el amor no se destruye, sólo se transforma.

El final resultará hermoso y tierno para algunos (aquellos que comentarán que el maquillaje no tiene madre); para mí, sólo fue una tétrica escena de horror.

Alas de nube




No podría encontrar mejores imágenes que expresaran lo que mi espíritu romántico desea.

- "El arte es, sobre todo, un estado del alma", Marc Chagall.

1 de febrero de 2009

"There's no place like home"

Tras una noche que empezó A la orilla del cielo, se trasladó al Imperial, y terminó en cama voladora (y pijama de vaquita); las pesadillas y el calor de un domingo de Super Bowl hicieron su aparición para despertarme de golpe. Hoy me extrañé tanto a mí misma, que quise regresar a Ciudad Esmeralda, pero el camino amarillo ya se había borrado. Habrá que hacer algo con el vacío. No sé si fue el efecto del alcohol.
Mi ánimo cambió con la adrenalina y las incoherencias que mi familia suele gritar bajo presión. Yo deseé apagar la tele y prenderla en el marcador final (no necesito dosis extra de
estrés). En el fondo, quería que ganaran los Cardenales, tal vez porque me gusta ir "contracorriente."

Mamá, Los amantes de Lola.

PD. No me gusta Bruce Springsteen.