2 de noviembre de 2009

Rulfo-Hagerman hablan sobre migración y ausencia



Hace dos o tres meses entrevisté a Juan Carlos Rulfo y a Carlos Hagerman para la revista Conozca más porque hicieron un documental sobre cómo los mexicanos viven la pérdida de los familiares que se fueron del país. La entrevista se publicó en el blog oficial de la revista (conozcamas.org), ya que no le dieron espacio en la versión impresa porque el filme no corresponde con el perfil del lector. Creo que no es posible generalizar ni conocer al público en su totalidad, así que, en realidad, diría que no corresponde con el tipo de películas que reseñamos. Dejando en claro que fue una entrevista en exclusiva para Conozca más y que ya se subió al sitio, me gustaría pegarla también aquí en mi blog no sólo para mostrarles cómo piensan dos personas que tienen el privilegio y el valor de trabajar en lo que les vibra, sino para compartirles lo que yo sentí: me movió el piso porque hace unos meses yo estaba en el punto más álgido del dolor que conlleva una pérdida. Ellos definieron exactamente el vacío que queda en tu organismo y en tu vida cuando falta alguien, una ausencia y cuando ese alguien se lleva una parte de ti. La entrevista me hizo mucho ruido. Además, ambos me transmitieron sensaciones de tranquilidad y satisfacción, resultado de un vínculo coherente entre lo que eres y lo que haces. Ojalá que esto que acabo de decir se perciba en el siguiente texto, aún así, es difícil enmarcar una charla en la que confluyen miradas, movimientos corporales, gestualidades y modulaciones de voz para delimitarla en un formato de pregunta-respuesta.

-El 30 de octubre se estrenó Los que se quedan, un acercamiento íntimo a las familias de aquellos que se han ido a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Un retrato de nostalgia, espera, identidad, memoria; una exploración sobre la cotidianidad de la ausencia que genera la migración.

¿Por qué eliges retratar la vida cotidiana?
J.C.Rulfo Es en la vida cotidiana donde podemos mirar a las personas y, a partir de ellas, es posible construir un entorno o una atmósfera que tenga que ver con todo, con cualquier cosa, un terreno en el cual hay mucho qué decir, muchas sorpresas qué explorar. No necesariamente tienes que crear algo a partir de un suceso que te cambia la vida como la guerra, o una muerte. Lo cotidiano es muy vasto.

¿Por qué decidieron abordar el tema de la migración desde el punto de vista de los que se quedan en México?
Carlos H. La idea fue de Nicolás Vale, productor del documental, quien me planteó la propuesta y ambos invitamos a mi compadre Rulfo. Pensamos: “híjole, vamos a hacer otra película sobre migración”, pero en realidad trabajamos el concepto hasta definir que se trataría de un filme sobre México, sobre cómo se sienten las familias que viven una ausencia y una separación en su cotidianidad, en su día a día. Pero también en esos momentos tristes y felices, que es cuando más se extraña.

¿Por qué motivo quisieron hacer este documental?
Carlos H. Para conocernos un poco más a nosotros mismos y conocer lo que las familias sienten. Como directores, nosotros no fuimos a decirles qué hacer. Le pasamos el micrófono a ellos, para que fueran ellos quienes nos dijeran cómo se sentían al tener una ausencia, un vacío. Esto nos abre una conciencia hacia lo que sucede en nuestro país y nos obliga a cambiar nuestra actitud y nuestra mirada frente a la migración.
J.C. Rulfo Pero también funciona para que sientas que lo tuyo vale la pena, que tu espacio y tu cotidianidad valen, y no necesariamente tienes que buscar otras cosas.

¿Cómo fue el desarrollo, hubo algún tipo de guión?
Carlos H. No lo hubo. Le apostamos a que a través de estar con diferentes familias en el día a día lo fuéramos definiendo conforme nos fuéramos dando cuenta de la ausencia de quienes no están. Nos basamos en la construcción de un sentimiento.
J.C. Rulfo Lo que nos llevó fue la pura intuición. Esa fue nuestra guía. Cuando sigues por ahí, esta intuición se pega como chicle a la realidad y te jala.
Carlos H. Luego llegó la etapa más concreta y también más difícil, que es la edición. Valentina Leduc fue quien finalmente hizo que todo esto se volviera realidad. Nos dimos cuenta de que no estuvo mal, pues apostar a la cotidianidad y a la intuición es una manera diferente de hacer las cosas. Para mi fue un homenaje que cuajó muy bien después de dos años de trabajo.

¿Cómo lograron que las familias les abrieran las puertas de su casa y de su intimidad y que no sintieran la presencia de la cámara?
J.C.Rulfo Son mañas. La cámara siempre estuvo ahí y todo sucedió muy natural por la manera en que nos acercamos. No hicimos ese acercamiento con la idea de que íbamos a hacer un documental, simplemente para hacer plática, mantener una charla, hacer amigos. No llegamos con la intención de ‘sacar’ información dura o amarillista, sino de crear amistad. Por ello el documental empezó sin que las familias se dieran cuenta. Nosotros tampoco sabemos en qué momento empezó.
Carlos H. Yo creo que fue la idiosincracia de las familias mexicanas (en especial las del campo), la cual se caracteriza por su generosidad con cualquier extraño que llegue a su puerta. Como dice mi compadre, llegamos con buena actitud. Desde los primeros días nos invitaron a dormir y a comer. No sólo te abren las puertas de su casa, sino de sus secretos y corazones.

¿Cómo consiguieron apoyo económico?
Carlos H. Es difícil tener cómplices para hacer el cine que te gusta y hablar sobre algunos temas importantes que no están enmarcados en el cine comercial. Nicolás Vale ofreció a la fundación BBVA hacer un documental sobre los que se quedan, ya que BBVA tiene una campaña que consiste en otorgar becas para chavos de secundaria, quienes se quedaron solos porque sus familiares se fueron a EU. Ellos aportaron los recursos necesarios y nos dieron la libertad creativa, de hecho ellos vieron el documental hasta que estuvo terminado. Es raro que esa confianza provenga de una institución privada, pero también es una nueva manera de ver la producción de cine de temas importantes.

Más allá de lo que podamos ver en el documental, ustedes que estuvieron allí, que lo vivieron, ¿qué les dejó y qué cambió en ustedes?
Carlos H. A mí me dejó una profunda admiración a la dignidad con que las familias sobrellevan la ausencia y siguen al frente de sus casas intentando sacar mejores oportunidades para sus hijos. A nivel personal, en la camioneta, de noche y con unas semanas fuera de casa me entraba el ansia por ver a mi familia, por darle un beso de buenas noches a mi hijo y de valorar lo que tengo, sobretodo después de estar con gente que no tiene la posibilidad de hacerlo.

Después de haber realizado Los que se quedan, ¿qué es para ustedes la migración y cómo creen que deberíamos verla?
J.C. Rulfo Es una cuestión cultural a la cual no debemos ponerle el sello de tragedia. Lo llamaría un fenómeno particular cada vez más presente, que se vuelve parte del hablar y del actuar. Es tan sencillo como que la gente se va porque sigue su concepto sobre cómo vivir mejor y como resultado la gente que se queda vive un duelo constante. A nuestro país le falta ‘un cacho’, es un país nostálgico.
Carlos H. Plantearlo como un problema sería pensar que tiene solución. No se trata de tener esperanza en el regreso de quienes se fueron. Yo creo que ya se rebasó eso. Esto es un fenómeno y tenemos que plantearnos hacia dónde queremos que llegue.
J. C. Rulfo Hay una filosofía oriental que dice que si ves venir la fuerza, en vez de oponerte a ella, déjala que pase. Yo creo que eso va a pasar.
Carlos H. México se está convirtiendo en otro México desde hace muchísimas décadas, va a seguir sucediendo y creo que eso nadie lo va a detener. Lo importante sería pensar cómo vamos a lograr que esto sea un beneficio para los que se quedan.
J.C. Rulfo Debemos vivir conjuntamente, no en sectores separados, ni mirar al migrante de manera despectiva. ¿A poco nosotros tenemos solucionados todos nuestros problemas? Tampoco tenemos certezas.

-Escucho: Wonderful Woman, The Smiths

3 comentarios:

María Teresa Hernández Reyes dijo...

Me gusta lo que la entrevista significa para ti. También hablar de la ausencia y el vacío.
Un beso.

Georgina Espinosa Gaubeca dijo...

¡Gracias!

Un beso Tere y espero que estés disfrutando tu día de descanso.

Georgina Espinosa Gaubeca dijo...

Hola Oz, muchas gracias, qué chido que te gustó. Gracias a ti por enviarme tu blog, ya veo que te encantan las artes marciales. Me daré unas vueltas por allá...

Saludos!