9 de mayo de 2013

Belleza


El canon de belleza actual, cuya exigencia sugiere modificaciones corporales, ha derivado en adoptar estas prácticas con una normalidad y una cotidianidad aterradoras. La belleza natural es la que ha sido transformada para dar paso a lo manipulado por el hombre mismo.

El arquetipo de belleza, el que parece imponerse y homologar, seduce desde las fibras más sensibles y desata, en los más vulnerables quizás, obsesión manifiesta en transformaciones quirúrgicas insospechadas. Las mutaciones plásticas conviven con lo cotidiano. La belleza es percibida como un estímulo, cuyo parámetro ya habita en el intelecto.

Justo ayer encontré un proyecto que retrata a mujeres cuyo cuerpo es natural. Las estrías, la grasa acumulada, la deformidad. Las huellas de su forma de vida marcadas en la superficie de la piel. Por fin, expuesto aquello que se oculta bajo pliegues de ropa, fajas y elásticos que moldean. 


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