19 de marzo de 2010

Escritura automática

Incapaz de crear puentes conexos con el exterior, el delirio suspicaz lo golpeó y cortó en dos. Evade la simultaneidad del momento -te digo-. Tarde o temprano habrá que crear jardines ilusorios en los que no quepa la sombra de la memoria. Luego forjarse a sí mismo con la creatividad más sublime. Recrear y reconstruir paisajes transitados. Evita desbordar la emotividad incontrolable -debes hacerlo-. Mejor consolidar y contener, sin importar el entorno, o bien, dejarse llevar por el contexto y tomar el barco hacia el cauce de lo común, de lo ordinario.

2 comentarios:

Rodrigo Garva dijo...

"habrá que crear jardines ilusorios en los que no quepa la sombra de la memoria."

Uno penetra el bosque irreductible y aprende los modos de la naturaleza; siente hasta desbordarse, intuye, sobrevive.

Más tarde vuelve a la civilización, pero planta un jardín. Vive civilizado entre los hombres, pero en el fondo conserva su desmemoriada identidad salvaje.

Saludos,

Georgina Espinosa Gaubeca dijo...

No es posible huir de nuestra naturaleza. Sobrevivimos creando maneras funcionales de vivir en sociedad, pero tarde o temprano sale a la luz lo que por mucho tiempo no podemos reprimir.


Saludos