15 de noviembre de 2009

'El Interactivo'

Hoy encontré este texto que escribí para el periódico interno de la agencia de publicidad en la que dejé de trabajar hace un año (para irme a la revista) y en donde hacía publireportajes, artículos, blogs y contenido para páginas de Internet. Al parecer lo escribí con base en la opinión personal que tenía en el momento porque no se ve muy documentado, aún así hay ideas rescatables para reflexionar:

Virtualidad real o realidad virtual

El salto hacia un espacio virtual y hacia una nueva forma de vida (Internet) que complementa, potencializa y, para algunos, sustituye a la ‘vida real’ -metafóricamente-, se presenta no sólo como una nueva manera de concebir y de transformar los hábitos mediáticos sino como la posibilidad de crear fuertes vínculos emocionales, sociales y psicológicos con éste (de ahí que sorprendentemente surjan casos psicopatológicos de adicción al uso de Internet.) El medio se convierte en la oportunidad para reafirmar o reinventar la identidad del ser humano a través de la proyección de una imagen propia mediante el uso de los blogs, chats, redes sociales, sitios y foros. Curiosamente este intento por definir quiénes somos se logra en relación con los objetos de consumo. Es decir, en nuestro interés por expresar lo que somos (o expresar lo que queremos ser) para que los demás nos perciban justo como lo deseamos o simplemente lo hagamos como una necesidad personal, nos describimos con lo que consumimos habitualmente: las películas que nos gustan, nuestros libros favoritos, la música, la ropa que usamos y el tipo de fotografías que tomamos. Lo que consumimos tiene una voz propia que expresa por sí solo los rasgos más característicos de nuestra personalidad; lo cual posiciona a la publicidad como la creadora de conceptos que repercuten directamente en la manera en que el individuo se concibe a sí mismo (sin mencionar el gran peso en otros ámbitos). No está de más remarcar que la publicidad conlleva una responsabilidad importante que debe tomar valores éticos dentro de su práctica.

-El Internet, al igual que el mundo real, puede ser analizado desde distintas formas del pensamiento.

-Hacer cruces o incorporar elementos de diferentes perspectivas puede enriquecer nuestra lectura del medio y darnos nuevos elementos de trabajo.

-Cuestionarnos qué tanto podemos conocer a los demás o a nosotros mismos desde el uso de Internet, es un ejercicio que nos permite redimensionar las repercusiones de esta 'tecnología'.

-Cuestionar cómo construimos nuestra identidad y de qué nos valemos para hacerlo.

-Podemos tomar a Internet no sólo como un medio de convivencia, sino como una forma de vida que alberga a miles de habitantes.

-La gran paradoja: estamos más comunicados y tal vez más aislados.

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