11 de enero de 2009

Lágrimas de loto

Hoy domingo, tallarines humeantes –condimentados sin moderación–, vaso (al diablo las copas) con las sobras de la última botella de vino tinto de Navidad, tarde desértica y Tres estaciones (qué fotografía). Al final me dí el lujo de llorar un poco, no por la película, sino por la música de los créditos y la tristeza acumulada que infla los ojos hasta hacerlos explotar. El puro efecto de las gotas de la felicidad.

No hay comentarios: