19 de febrero de 2015

Lovecraft

"No está muerto lo que puede morir eternamente, y, con el paso de extraños eones, incluso la muerte puede morir".

"Selma"


Texto publicado en Correcamara.com 
“Selma” (2014) aborda uno de los momentos climáticos del movimiento histórico de la lucha por los derechos civiles de la comunidad negra en Estados Unidos, cuyo líder fue el pastor Martin Luther King. Recibió nominación al Oscar 2015 a mejor película.
El filme acompaña las acciones políticas, sociales y familiares del Dr. Martin Luther King (David Oyelowo, 1976) sólo en un breve periodo de la batalla por el voto, por lo que la cinta no es particularmente biográfica, aunque así lo parezca. La labor de Luther King fue tan vasta y compleja que resulta difícil acotarla a una cinta que no tiene intención de documentar, sino de narrar una historia basada en hechos reales. A pesar de ello, la cinta sí logra mostrar su espíritu heroico y ejemplar, a manera de homenaje.
“Selma” inicia a partir de que Martin Luther King recibe el Premio Nobel de la Paz, sin embargo, aún no culminaban sus esfuerzos por obtener igualdad para los afroamericanos, especialmente en Alabama, en donde los negros aún no podían ejercer el voto. Es en ese panorama en el que transcurre la cinta: desde las tensiones sociopolíticas hasta las tres marchas que iniciaron en la ciudad de Selma en 1965, con la finalidad de llegar a Montgomery, capital de Alabama. Éstas provocaron conciencia y presión para que ocurriera el cambio nacional. 
La película muestra la brutalidad con la que las autoridades locales ejercieron violencia en los manifestantes, y la expone no de una manera grotesca y sangrienta, sino con un realismo teatralizado, bien articulado y muy expresivo, que transmite la severidad del maltrato en contraste con la lucha absolutamente pacífica de los negros. La cinta tuvo el acierto de insertar imágenes reales de la marcha, material de archivo que resulta casi idéntico al de las escenas de ficción. En este sentido, es importante notar que los medios tuvieron un papel importante en la lucha y la película así lo expone. Otro acierto es la voz original de Martin Luther King en el discurso final.
Si bien la temática histórica es densa, la cinta transcurre de forma ágil. La cinematografía es muy cuidada, impecable, cuyos colores y escenarios recrean los años 60 adecuadamente. Los textos del FBI que aparecen en pantalla le agregan tensión a la historia. La música es otro aspecto destacable: “Glory” obtuvo una nominación al Oscar 2015 a mejor canción original. En cuanto a la actuación, David Oyelowo es el actor inglés de ascendencia nigeriana que interpretó a Luther King. Oprah Winfrey, ajonjolí de todos los moles, también aparece a cuadro.
Ava DuVernay, directora y guionista de “Selma”, fue la primera mujer afroamericana en ganar el Premio a mejor dirección en El Festival de Cine de Sundance en 2012, por su segundo largometraje “Middle of Nowhere”. Con “Selma”, DuVernay también fue la primera mujer afroamericana en obtener una nominación a un Golden Globe y una nominación al Oscar a mejor película, aunque no a mejor directora. Muestra de que la comunidad negra, 50 años después, ha seguido conquistando espacios.
La directora enfrentó algunas controversias con “Selma”: Maureen Dowd, columnista del New York Times y ganadora del Pulitzer, y Joseph A. Califano Jr., ex secretario de Salud, Educación y Bienestar Social, expresaron que DuVernay trastocó algunos sucesos históricos, pues presentó a Lyndon Johnson como un presiente que dificultó la lucha por los derechos civiles, es decir, fue acusada de reescribir la historia. En este sentido, el cine de ficción basado en hechos reales no es un documento histórico apegado a la realidad. Incluso la propia historicidad se cuestiona cómo la historia debe ser interpretada y transmitida. Por lo que, con mayor razón, la directora y escritora de “Selma” realizó una crónica sí documentada, pero mostrada a partir de su particular visión. Este aspecto de ficción le permitió exponer escenas de la vida privada de Martin Luther King.
Habría que pensar cuál es la repercusión de este elogio a la lucha pacífica, a la unificación de razas y a la valentía de un líder tan honorable en el contexto actual.

5 de febrero de 2015

Cine, otra vez


Escribir sobre cine ha sido una idea recurrente en mí. Me gusta ver películas y me gusta escribir. Por ello he decidido buscar espacios. Aquí les dejo mi primera colaboración. Vendrán más, una por semana:

Leer en el sitio aquí: Crítica: «Ida», viaje espiritual a la sepultada invasión nazi

“Ida” (2013) es una película polaca escrita y dirigida por Pawel Pawlikowski (1957), que relata el encuentro de una novicia huérfana con su trágica historia familiar. El filme recibió dos nominaciones al Oscar a mejor fotografía (Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski) y a mejor película en lengua no inglesa, categoría en la que competirá con la cinta argentina de gran éxito taquillero, “Relatos salvajes” (Damián Szifrón, 2014).
La película está situada en Polonia de los años 60 y narra la historia de Anna o Ida (Agata Trzebuchowska), una novicia joven que creció en un convento y cuya vida religiosa es austera y silenciosa. A punto de tomar sus votos, es enviada por la Madre Superiora (Halina Skoczynska) a conocer a su única pariente viva, la tía Wanda (Agata Kulesza). El viaje se vuelve necesario para comprender su identidad, antes de enclaustrarse el resto de sus días. La tía es una juez antifascista que parece ser su antítesis, pues es promiscua y abusa del alcohol y del cigarro en una suerte de vida bohemia más depresiva que alegre. La tía le desvela su origen judío y su verdadero nombre: Ida. Juntas, van en coche a la búsqueda de los restos de los padres de Ida, quienes fueron asesinados, víctimas de la ocupación nazi de 1939. A través de su tía, Ida no sólo conoce su pasado, también tiene oportunidad de probar la vida mundana a la que renunciaría con los votos de castidad, pobreza y obediencia.
“Ida” está filmada en blanco y negro, en formato cuadrado, cuya fotografía retrata los paisajes desolados del campo, los cuales tienen concordancia con los paisajes interiores de la vida en el convento e, incluso, con el espacio solitario de la casa de la tía. Es decir, la fotografía de Zal y Lenczewski, se compone de retratos melancólicos, imágenes que consiguen mostrar la espiritualidad de Ida en contraste con los devastadores restos de la ocupación nazi. Habrá que ver si le robará el Oscar a Emmanuel Lubezki (“Birdman”).
Pawlikowski, el director, quien recibió influencia de Federico Fellini, tuvo formación filosófica y literaria, y comenzó su carrera con trabajos documentales. Por ello, logra exponer la realidad histórica de Polonia (como víctima y verdugo nazi) desde el punto de vista del interior de una joven mujer mística. En suma, “Ida” es una película contemplativa, en la que la imagen tiene más peso sobre el diálogo, y en donde la tragedia de la guerra se muestra en una Polonia sumida en el silencio.
El filme ha sido ganador de mejor película en el Festival de Cine de Londres y en el Festival de Cine de Telluride. Fue nombrada como mejor película por la Academia de Cine de Polonia y por la Academia de Cine Europeo. Recibió el León de Oro en el Festival de Cine de Gdynia y el Premio de la Crítica en el Festival de Cine de Toronto, entre otros galardones.
Agata Trzebuchowska (1992) es la actriz de origen polaco que debuta con esta película, y por cuya interpretación de Ida ha obtenido reconocimiento de la crítica en todo el mundo.